Agustín Lizárraga: ¡No! Descubrió Machu Picchu
En
la Historia de la humanidad, buscar ser reconocido y ser valorado por sus
semejantes es el deseo de todo ser humano. Todos anhelamos ser los mejores
estudiantes, los mejores deportistas o los mejores profesionales. Todos
buscamos que se nos reconozca, se nos valore y se nos otorgue un mérito. Cuando
lo logramos, nos sentimos ufanos y orgullos de ser mejor que los demás y
altivamente despreciamos a nuestros semejantes por no ser como nosotros. Esa es
la naturaleza común del ser humano. La
contraparte de este sentimiento; es ser mezquino, envidioso y malagradecido al no
reconocer el mérito y el sacrificio ajeno. Dicho en otras palabras, restarle
méritos al que se lo merece y concederle méritos al que no lo merece; así el
personaje sea un delincuente. Esta actitud es una constante en la naturaleza
humana.
Nuestra
historia está plagada de estos actos, tomemos como ejemplo a Cristóbal Colón,
quien un 12 de Octubre de 1492 descubrió un Nuevo Mundo. Ahora, circulan
escritos, documentales, revistas y libros donde se afirma que él no fue el
primero en descubrirlo. Dicen que los primeros en descubrir el nuevo mundo fueron los Viquingos, otros dicen los chinos
y aun otros dicen que hace más de mil años antes del descubrimiento de
América, la biblia, describía la
redondez de la tierra y lo único que
hizo Colón fue utilizar ese conocimiento para su beneficio.
Cristóbal
Colón sostenía que podía alcanzarse el lejano oriente (conocido en la época
como Las Indias) desde Europa,
navegando por el Océano Atlántico hacia el oeste y que era posible realizar el
viaje por mar con posibilidades de éxito. La caída del imperio Romano de
Oriente en poder de los turcos otomanos en 1453, tras la toma de
Constantinopla, su capital, hizo que los portugueses y los genoveses
monopolizaran la ruta lo que provoco el encarecimiento del comercio entre
Europa y las regiones orientales.
Una
vez obtenida la certeza de ésta ruta, Colón
decidió buscar financiamiento a éste proyecto. Se presentó al rey de Portugal y
le fue denegada dicha ayuda y a sus espaldas, trataron de verificar dicho
argumento y fracasaron. España le denegó dicho proyecto por irrealizable y Colón
decidió ofrecer sus servicios a Inglaterra,
pero en el trayecto, los reyes de España optaron por respaldarlo. Sucedió
que el confesor de la reina, había animado a la soberana que le dé una
oportunidad a este aventurero, antes que otro país rival se beneficie del
proyecto, entonces la reina decide financiar el viaje con no muy buena
esperanza de triunfo. Como nadie quería arriesgar la vida en un viaje sin
retorno, habían muy pocos voluntarios para completar la marinería, entonces se
recurrió a los presos de alta peligrosidad como tripulación, para poder cumplir
con el permiso requerido.
Cuando
Colón descubre estas nuevas tierras, cree haber llegado a las Indias. Luego de ese primer viaje,
realiza otros tres, todos a la actual Centroamérica, ignorando que había
descubierto un nuevo mundo. A pesar de haber realizado un tratado con los reyes
de España, (Capitulación de Santa Fe, 17 de Abril 1492) donde se le concedía
beneficios y concesiones: ¡la corona le arrebato todos sus derechos! Se le
encadeno, se le despojo de sus bienes y murió en el más triste abandono,
amargado y desilusionado. Un explorador italiano que no hizo ningún sacrificio,
que no invirtió ni tiempo ni dinero, y su único mérito fue, que dio a conocer que se había descubierto un
nuevo mundo. Se lo comunicó al cosmógrafo Martin Waldseemüller, éste hombre de
ciencia, lo glorifico, lo ensalzo y en su mapa de 1507 acuño el nombre de
“América” en su honor, como descubridor de un Nuevo Mundo. Esta actitud mezquina, hizo que las tierras
descubiertas no lleven el apellido del ilustre navegante Colón, sino, que lleve el nombre de Américo
Vespucio, un desconocido que sin ningún esfuerzo se benefició de la gloria
ajena.
En
nuestro querido Perú está sucediendo algo similar. Hoy en día se le está
restando méritos a quien se lo merece y se le da gloria a quien ni por su mente
jamás pensó en el beneficio que se le concedería. Me estoy refiriendo al
descubrimiento de la ciudadela inca llamado: ¡Machu Picchu!
Antes
de pasar adelante sobre el tema, quiero
hacer una aclaración: No soy hispanista, ni un a culturado que envidia la
cultura ajena o prefiere a los extranjeros antes que nuestra gente. Soy de la
línea indigenista y amo mi cultura peruana por sobre todas las otras culturas
del mundo, y ando mendigando de región en región en mi país, buscando un
espacio que se me conceda, para dar a conocer mediante conferencias lo grande
que fueron los Incas; mil único objeto es reivindicarlos y valorarlos. Si
escribo este artículo es que no me gusta la injusticia que se comete contra
Hiram Bingham descubridor de Machu Picchu; satanizándolo y difamándolo.
Los
diccionarios definen Descubrimiento
como un “hallazgo o el encuentro de algo
que era oculto, secreto o desconocido”. Todo descubrimiento siempre es
fruto de un arduo trabajo en equipo y no se debe a la casualidad, al azar o
solo llegar primero al lugar sin ningún conocimiento de la importancia del
objeto. Descubrir, no es solo mirar o
escribir mi nombre en un dintel de piedra y decir: ¡Yo lo descubrí! Descubrir
requiere un largo tiempo de investigación y sacrificio.
Para
poder aclarar este espinoso tema, es necesario describir a los dos
protagonistas de esta controversia. Primero lo haremos con Agustín Lizárraga, luego con Hiram Bingham y después emitiremos
a una conclusión.
Fotografía N° 1 de Machu Picchu, cuando
fue descubierta el 24 de Julio 1911
¿Quién fue Agustín
Lizárraga?
Se
dice que nación en Mollepata, un pueblo ubicado a espaldas del monte Salkantay,
actualmente pertenece a la provincia de Anta. Dicen que cuando tenía 18 años,
junto con su hermano menor Ángel Mariano, salieron de su pueblo en busca de una
alternativa para su vida para no enrolarse en el ejército peruano, que en la
época buscaban nuevos reclutas. Así se asentaron en el valle de Aobamba, y
luego en San Miguel, tierras que entonces nadie conocía ni controlaba y
comenzaron a cultivar maíz y hortalizas.
¿Era Agustín Lizárraga,
un hacendado?
Las
tierras que había usurpado en Urubamba tenían dueño; pertenecían a la hacienda
Collpani, de la familia Ochoa. Por lo tanto no fue ningún hacendado, sino un
simple arrendatario de aquella poderosa familia.
¿Era Lizárraga un
hombre bien preparado e ilustrado?
Se
dice que a pesar de ser un agricultor sabía leer y escribir, como tal oficiaba
como controlador de caminos, un cobrador de impuestos que tenía a su cargo
todos los puentes desde el Cusco hasta Qullabamba, además se dedicaba a
huaquear, depredar nuestro patrimonio
cultural. Leamos un fragmento de lo que publico el periódico Mercurio de Chile:
El
arqueólogo Fernando Astete es, desde hace 16 años, el director del Parque
Arqueológico de Machu Picchu. Según él, hay que tener mucho cuidado con el
nombre de Agustín Lizárraga. “Para mi todos los que fueron antes de Bingham
fueron huaqueros”, dice una tarde en su oficina en el Cusco, mientras revisa
unos mapas de la época.
¿Afirman otras personas
lo dicho por el arqueólogo Astete?
Leamos
lo que Hiram Bingham escribió en su libro: La
Ciudad Perdida de los Incas. 2011 por PerúBook, S.A.C. pág.211.
Se
sabe, por ejemplo, que el señor Lizárraga vendió una o dos vasijas que aseguró
provenían de Machu Picchu.
Dos periodistas; Sergio Vilela y José Carlos de la Puente en su artículo
La verdad acerca del descubrimiento de
Machu Picchu, buscaban información sobre Agustín Lizárraga y cuentan como
lo huaqueado por Agustín, se lo esquilmo otro ladrón con sotana:
Según contó Rómulo Lizárraga, un guía de turismo sobrino de A. Lizárraga,
éste le habría dejado a su viuda dos cajones de “tesoros antiguos” que había
recolectado en Machu Picchu: objetos de piedra, ruecas, cucharas, estatuillas
de metal. La viuda anciana y muy enferma, habría revelado a su confesor, el
cura de la iglesia de Santa Clara en el Cuzco, la existencia de su tesoro. El
sacerdote la habría reprendido por estar conviviendo con los “gentiles”,
aconsejándole que llevara las cajas al convento para asegurarse un espacio en
el cielo. A cambio, le habría ofrecido escribir su nombre en el altar mayor del
templo: “En gratitud a doña Rosa Lizárraga”.
¿Agustín Lizárraga en su visita a la ciudadela
de Machu Picchu; llegó solo?
Los mismos
periodistas aclaran este detalle:
El día en que escribió su nombre en Machu Picchu, Agustín Lizárraga no
había subido solo. Fueron con él dos lugareños, llamados Gavino Sánchez y
Enrique Palma, aunque ellos no dejaron su nombre grabado en ninguna piedra y
sus descendientes por ahora no reclaman nada.
¿Es cierto que
Agustín Lizárraga, el cobrador de impuestos que tenía a su cargo todos los
puentes del Cusco, murió tratando de ir nuevamente a la ciudadela de Machu
Picchu a inspeccionar su descubrimiento?
Un profesor de apellido Cossio, quien viajo en su propia expedición a
Machu Picchu siete meses después que lo hiciera Bingham, describe lo sucedido:
“Antier 11 de febrero hemos tenido la desgracia de perderlo a nuestro guía y compañero de excursión don
Agustín Lizárraga. Iba muerto ahogado en el brazo del rio que corre cerca de
San Miguel, pasando el puentecito peligroso para ir a ver su chacra. Según me
cuentan cayó de medio puente, y como iba acompañado de un niño, no se le pudo
auxiliar”
¿Es cierto que Hiram
Bingham, fue el autor intelectual de la muerte de Agustín Lizárraga como lo
afirman sus familiares?
Dejemos que el mismo
Cossio, manifieste lo contrario:
Por lo demás, es simple constatar que, en febrero de 1912 (fecha de la
muerte de Lizárraga), Hiram Bingham estuvo en New Heaven, en la Universidad de
Yale, preparándose para volver al Perú en su segunda expedición a Machu Picchu.
¿Quién fue Hiram
Bingham?
De Bingham se ha dicho de todo. Su biografía está al alcance del que
quiera consultarlo, solo responderemos algunas preguntas sueltas que circulan
sobre él.
¿Es cierto, que
Bingham era un famoso arqueólogo?
En ninguna de sus biografías serias, él sostiene ésta afirmación. Él era
un profesor de Historia en la Universidad de Yale, pero dejemos que el mismo
nos lo cuente en su libro ya mencionado. Pág. 89.
“Hace unos cuarenta años, en el deseo de perfeccionarme para enseñar
historia sudamericana y escribir sobre el gran general Simón Bolívar, seguí la
ruta a través de los Andes desde Venezuela hasta Colombia. Elihu Root, entonces
secretario de Estado, se interesó en mi viaje y me interrogo prolijamente
respecto a lo que había visto. Pareció gustarle mi relación, y al año siguiente, muy generosamente, me dio la
oportunidad de ver mucho más de Sudamérica al designarme como delegado al
Primer Congreso Científico Panamericano, que se efectuó en Santiago de Chile,
en diciembre de 1908”.
¿Es cierto, que Bingham
vino con la clara intención de descubrir restos arqueológicos en Sudamérica?
El mismo nos lo
aclara en su libro. Página 92. Dice lo siguiente:
“Si no hubiera sido por el prefecto Núñez y su muy práctico interés en
Choquequirau, jamás me habría sentido, probablemente, tentado a buscar las
ruinas incaicas y a dar así con las dos ciudades que se encontraron sustraídas
al conocimiento geográfico durante varios siglos”.
¿Es cierto, que en el
Cusco se conocían estos restos incas y que Bingham, solo descubrió lo que ya se
sabía?
En la página 112 de
su libro manifiesta lo siguiente:
“Tan pronto como llegamos al Cuzco comencé a preguntar a los plantadores
del rio Urubamba algo sobre los sitios mencionados por Calancha. Jamás los
oyeron nombrar, pero dos o tres respondieron que había ruinas incaicas en
diferentes lugares en el valle bajo. Un viejo explorador afirmó que existían
ruinas interesantes en Machu Picchu, pero los dirigentes no dieron importancia
a sus informaciones, y los profesores de la Universidad del Cuzco no sabían
nada respecto a las ruinas del valle”.
Fotografía N° 3 de Machu Picchu. Después de los trabajos de desforestación y
excavación en 1915
La Universidad San Antonio Abad del Cusco, fue creada en el año 1692 y su “Museo Público y Biblioteca” fue fundado
en 1848 por el general Miguel Medina, prefecto del Cusco. Entonces ¿Por qué los
intelectuales de la universidad del Cusco
no organizaron la búsqueda de esas ruinas? ¿Por qué se esperó 37 años
después de la fundación del museo, a que un extranjero lo descubra?
La lógica dice que esas ruinas nunca fueron conocidas, ni por los
cusqueños ni por la gente de aquella época. Si Ud. observa con detenimiento la
foto N°1 de Bingham del 24 de Junio 1911, foto adjunta a este articulo, vera que la
ciudadela está cubierto de arbustos. Si Ud. ya visitó Machu Picchu, habrá notado
que no solo son arbustos, sino arboles de más de tres metros de altura. ¿Qué
necesitaban estos árboles para crecer? Mucha tierra, y no en muy poca profundidad. Se
dará cuenta que toda la ciudadela estaba cubierta de tierra y árboles. Es por
esa razón que esta ciudadela, nunca fue descubierta ni por los españoles ni por
los pobladores del lugar. Bingham, recién hace conocer estas ruinas al Perú y
el Mundo en año de 1915.
¿Es cierto que
Bingham, robó un inmenso tesoro a los incas del Perú?
De Bingham se ha dicho de todo; que fue un ladrón, que nunca fue un
descubridor, no fue un científico y muchos adjetivos por lo demás crueles. No
solo por la gente ignorante, sino por arqueólogos e historiadores tanto propios
como foráneos. Se dice que Lizárraga, realizó una hazaña epopéyica al descubrir
Machu Picchu. ¿De qué hazaña hablamos?
Machu Picchu no fue como lo admiramos ahora. El llamado ladrón Bingham, consiguió financiamiento de la National
Geografic y la Universidad de Yale, y ese dinero, sirvió para desenterrar la
ciudadela, desforestarlo y restaurarlo con un grupo de profesionales
extranjeros (Ver fotografías adjuntas). Bongham tuvo que encargarse de abrir caminos,
construir puentes y descubrir hallazgos escondidos y luego: ¡nos insertó a la
comunidad científica mundial!. Con las cerámicas y objetos que se extrajo de
Machu Picchu, realizó en Yale, una exhibición de la cultura peruana para que se
le reconozca internacionalmente. Gracias a este ladrón que nos entregó éste
tesoro, hoy en día, Machu Picchu es una de
las nuevas maravillas del mundo: ¡Orgullo de todos los peruanos!
¿Cuál fue el aporte
de Agustín Lizárraga a Machu Picchu? Nada de nada.
Concluiremos esta nota, con las palabras que el arqueólogo Astete,
respondió al periódico el Mercurio de Chile en el centenario de su
descubrimiento:
“Al
menos 30 años antes que él (Bingham), hubo expertos como el alemán Herman
Göhring, que en 1874 ya había cartografiado la zona y tenía identificados los
cerros Machu Picchu y Huayna Picchu. Una cosa es haber estado en el sitio y
otra es darlo a conocer al mundo. Descubrir es despejar el velo para que algo
se conozca. Muchas personas pueden haber ido al sitio antes que Lizárraga.
Hiram Bingham es el descubridor científico de Machu Picchu, porque vino con un
grupo de profesionales para excavar y estudiar los sitios y lo dio a conocer al mundo. A eso se refiere el centenario
que se celebra”
Fotografía N° 4. En
el centenario de su descubrimiento.
En esta sociedad
peruana, donde la pérdida de valores va en aumento. La gente no lee. No
investiga. No hay honestidad ni sinceridad. Vemos que lo claro y lo limpio, se
enturbia por los intereses personales, regionales, políticos, económicos y
religiosos. Lo turbio y los oscuro, se aclara por las mismas razones
mencionadas. Aquí en nuestro Perú, se le da merito a quien no lo merece y se le
resta méritos a quien verdaderamente lo merece solo por envidia. Dicen que la vida depende del
cristal con que se le mire. ¿Estimado lector, con que color de cristal mira
este espinoso dilema? Para Ud. ¿Quién descubrió Machu Picchu: Hiram Bingham o
Agustín Lizárraga? La respuesta es suya.
www.Alejandro La Torre.org
Referencias
Bibliográficas:
ANGLÉS VARGAS, Víctor
(1968). Machu Picchu. Lima.: La Grafica.
FERNANDEZ-ARMESTO,
Felipe (2004). Cristóbal Colón. Barcelona. ABC.
BINGHAM, Hiram. (2011).
La Ciudad Perdida de los Incas. Perubook, S.A.C.
THAMES AND HUDSON (1994). The Incas. Empire Of Blood
and Gold. Nueva York: New Horizons.