HISPANISMO
Vs. INDIGENISMO
En
mi vejez, veo que aún afloran mis
caprichos de adolecente, les comento este hecho, por un suceso que me ha
acaecido hace poco. Ocurrió que siendo
las 7 am de un 6 de Noviembre del
2014, leí en las redes sociales que a las 7 pm de ése día, en el Instituto Riva
Agüero de Lima, presentaba su libro: “Francisco Pizarro. El hombre desconocido”,
la historiadora española María del Carmen Martin Rubio. Hecho que no tiene nada
de raro, sino fuera que yo me encontraba a 400 kilómetros de distancia de la urbe
capitalina, es decir en la ciudad de Huaraz, Región Ancash.
Mi
duda era: ¿voy o no voy a esa presentación? Tenía labores que realizar en mi
trabajo cotidiano y el viaje duraba de 7 a 8 horas, si es que no acontecieran
contratiempos en la ruta. El tema era mi fuerte, y el deseo de conocer e
intercambiar palabras con la historiadora española hizo que a las 8 am tomara
mi movilidad hacia Lima. Llegué a las 5 de la tarde a mi destino. Me duché, me
cambie e inmediatamente salí de mi querido Callao, rumbo al lugar de la reunión
programada. Una vez dentro de los salones del Instituto, compré el libro por un
valor de 25 dólares americanos e inicie la ubicación de dicha historiadora.
No
pasó mucho tiempo en encontrarla, se hallaba conversando con otras señoras y
señoritas. Apenas hubo un espacio en su conversación, me presenté y pude
intercambiar algunos datos y sucesos del tema. La Dra. María del Carmen,
resultó ser una persona muy amable y cordial. Algo mayor que yo, y fue muy cortes en absolver mis preguntas. Le
mencioné que yo tengo un concepto diferente de Francisco Pizarro, concepto desde un punto de vista indigenista
y le obsequié mi libro “ATAHUALPA, El vergonzoso sobrenombre del último Inca
del Perú” Amablemente lo aceptó y me comunicó que lo leería y me haría llegar
sus apreciaciones. Muy contento al día siguiente, viaje los otros 400
kilómetros de regreso a mi lugar de origen.
Pero
el amable lector se preguntara: ¿Quién es María del Carmen Martin Rubio? Bueno, ella es una
escritora española. Doctora en Historia de América. Universidad Complutense de
Madrid. Ha publicado 19 artículos en revistas de su país. Ha colaborado en la
edición de 3 libros colectivos y tiene 4 libros publicados en su haber. Uno de
sus grandes aportes al estudio del mundo incaico, es el descubrimiento en la
Fundación Bartolomé March, en Palma de Mallorca, los 64 capítulos perdidos del
libro de Juan de Betanzos titulado: “Suma y Narración de los Incas”. Hoy, ha
sido publicado el libro completo con sus 82 capítulos de los cuales antes de su
descubrimiento, existían solo 18 capítulos en una copia fragmentada en la
biblioteca del Monasterio del Escorial. Otro de los aportes de esta historiadora,
es el descubrimiento de la momia del Paullu Inca Yupanqui, que nos permite
conocer, personajes ocultos en nuestra historia, que propiciaron la caída del
imperio de los incas.
Su
libro “Francisco Pizarro. El hombre desconocido”, es un libro de más de 400
páginas, uno de los mejores libros que he leído como biografía de este
personaje. Tengo en mi biblioteca y he dado revisión a la vida del Conquistador,
en libros de muy buenos autores como: Raúl Porras Barrenechea, José Antonio del
Busto, Rómulo Cuneo Vidal, Rosa Arciniega, Luis Manrique, Sigfried Huber,
Roberto Barletta Villarán, María Lourdes Diaz-Trechuelo y libros de la peor
calidad por sus errores históricos y apreciaciones fantasiosas como “Pizarro.
El rey de la baraja” de Alan García Pérez y “Pizarro. El Conquistador” del ruso
Estanislao Volski.
El
libro de la Dra. María del Carmen, contiene datos muy valiosos que no se
encuentran en otros libros sobre el tema. Esta ordenado cronológicamente y
tiene referencias bibliográficas de muy buenas fuentes. El único defecto que
tiene, por ser española su autora, es que está escrito con un sentimiento
altamente hispanista.
Los
hispanistas argumentan que “La historia
lo escriben los vencedores de la guerra” no importa los procedimientos que
emplearon, porque el fin justifica los medios. Son como los ladrones y asesinos
que una vez cometido su fechoría, nunca
aceptan su delito más bien, alegan su inocencia argumentando que el único culpable es la víctima, que en ésta
sociedad injusta, no tiene quien lo defienda. Los hispanistas afirman que ellos no nos
invadieron, que ellos nos conquistaron ¿Por qué?: porque aztecas, mayas e
incas, éramos gentiles, enemigos de España y ellos tenían derecho a invadirnos
porque el papa Alejandro VI, les había concedido esas tierras. Sostienen que
nos trajeron una religión de alto valor moral, que no les permitieron robar,
asesinar, ni fornicar y que de todo lo que se dice de los españoles no hay ni
una sola prueba material de que tal cosa sucediera, así es que, todo son
calumnias de los protestantes. Arguyen que ¡No esclavizaron a nuestra gente!
muy por el contrario, trataron a los indios como hermanos y lo redimieron de la
esclavitud con que los incas los habían sometido, es decir ¡ellos son nuestros
salvadores! Aducen que no exterminaron a
nuestra gente, sino que nuestros ancestros se murieron atacados por los virus y
bacterias que asolaron a nuestra región. Explican que ellos no vinieron ambicionados
por el oro y la plata, sino por un espíritu humanista de evangelizar, civilizar
y propiciar el progreso de nuestro suelo. Declaran que España: ¡No recibió
ningún oro de los incas!, muy por el contrario, durante trescientos años ellos trataron
de humanizarnos mediante la evangelización, la educación y la civilización, dicen
pero éramos tan brutos que no lo asimilábamos y se quedaron mucho tiempo para culturizarnos
como una madre, porque España ha civilizado un mundo. Aclaran que ¡Pizarro no
mato a Atabalipa! (Atahualpa), porque él no le dio vuelta al torniquete del
garrote, sino que más bien, el lloro de pena e impotencia por no poder salvarlo.
Concluyen afirmando que Pizarro fue tan inteligente y humano, que fue el
protector de los indios y merece la gratitud de todos nosotros.
En
el capítulo 9 de su libro, María del Carmen escribe un tema bajo el título:
“Rebelión de los aborígenes” deja traslucir un término hispanista, racista, despectivo
y segregacionista con que califica a los descendientes de los incas que
efectuaron la reconquista como: Manco Inca, Sairy Túpac, Titu Cusi Yupanqui y
Túpac Amaru I.
El
hispanismo no solo está presente en el libro de María del Carmen, está presente
en todos nuestros historiadores peruanos, desde Garcilaso hasta José Antonio
del Busto, Raúl Porras Barrenechea, Vargas Ugarte, José de la Riva Agüero y
Osma y todos los que escribieron nuestra historia actual. El amable lector se
preguntara entonces: ¿Que es el indigenismo?
El
indigenismo es la percepción de la invasión española, desde una óptica de los
vencidos, es decir, desde el punto
de vista de los sojuzgados, los oprimidos, los asesinados, los desposeídos que
en éste mundo injusto, no tendrá quienes los escuchen, quien los ampare ni los
defienda. Es una corriente cultural, política y antropológica
concentrada en el estudio y valoración de las culturas indígenas, defendiéndolo
de la discriminación, del etnocentrismo y la marginación en la política socio
económica en que se encuentra postrada.
En
el caso particular de los incas, cuya sociedad ejercía el cooperativismo o la
ayuda mutua en su comunidad, buscando la felicidad de su gente, éste sistema, fue
trastocada en su esencia por la separación de clases y la lucha entre ellos, la
imposición de la burguesía y el feudalismo, para la explotación irracional del
hombre por el hombre, todo ello, implantado por la alta cultura occidental.
El
español no nos conquistó. ¡Nos invadió con su alta tecnología naval y bélica!
Como un filibustero, fue de pueblo en pueblo; depredando, robando, saqueando,
asesinando y metiendo a saco todo lo que encontraba a su paso. Los habitantes
del Nuevo Mundo vivíamos felices en nuestro paraíso natural, no éramos enemigos
de nadie, sino de nosotros mismos. Un papa que se creía dueño del mundo,
repartió en un escritorio de su palacio nuestro territorio entre España y
Portugal, sin que le ampare ningún derecho.
Dicen los ibéricos que ellos nos trajeron una
religión infinitamente incomparable, que fomentaba el amor entre los hombres,
que no mataba, no hurtaba, no fornicaba y amaba al prójimo como a sí mismo. Sus
representantes de aquella iglesia, fueron los primeros en incumplirlo, ejecutando
en práctica su doctrina ¡al revés! Esas enseñanzas quedaron en teoría, porque
en la práctica como decían los incas: “kaicunam supay runacuna cayan” es decir “estos
son unos demonios”. Kon Tcisi Wiracocha Taitayayanchic, fue más piadoso y
amoroso que el dios de los cristianos y su código moral “ama sua” “ama llulla”
y “ama quella” fue una sentencia que no se ha podido superar.
Dicen
que no hay pruebas materiales de los que nos hicieron, entonces quiere decir
que los aztecas, los mayas y los incas ¿nos destruimos solos? Entonces los
hispanos fueron unos santos turistas que ¿solo nos observaron?
Dicen
que nos trataron como hermanos y ellos… ¡No, nos esclavizaron! Entonces por qué
en la época de la colonia, los teólogos y políticos de esa época, recién
discutían: ¿si el indio era un ser humano o no? Se preguntaban ¿tendrá una alma
que pudiera ser salvada?, o bien
afirmaban, de acuerdo con santo Tomás en la "Summa
contra gentiles", que
los indios podían ser reducidos a la esclavitud o en el mejor de los casos,
encomendaban a los conquistadores la misión de evangelizar al indio y de darle
la doble condición de cristiano y de súbdito. Bajo esta premisa: ¡hicieron
desaparecer a todos los nativos de Centroamérica! Se tuvo que repoblarla nuevamente
con esclavos traídos de los diferentes puntos de áfrica. Casi eliminaron a
todos nuestros ancestros en las minas y los socavones que tardaron años en volver
a poblarse.
Tildan
a los incas de esclavistas, como pretexto para justificarse y aparecer ante la
historia como santos varones salvadores de los nativos de América india, cuando
ellos fueron los mayores esclavistas que el mundo ha conocido.
También
dicen, que las enfermedades fueron los que aniquilaron a los habitantes del
nuevo mundo, pero ellos no dicen, que intencionalmente con un propósito
maligno, lo usaron como una guerra bacteriológica.
Si
no se llevaron el oro y la plata de américa, entonces ¿cómo España se vuelve
potencia mundial? Después de su reconquista, era uno de los países más pobres
de Europa y Carlos V, estaba sumido en deudas que no sabía cómo pagarlas.
Porque no se dice, que la macuquina (la plata de Potosí), cambio la economía
mundial durante un siglo a favor de España, haciéndolo subir como una espuma en
Europa. Durante 300 años nos sojuzgaron, nos depredaron y recién el año de
1821, pudimos romper las cadenas de la esclavitud y levantamos la cerviz con
dignidad, como lo dicen las letras de nuestro himno patrio.
Pizarro
egoístamente se favorece en las capitulaciones, en contra de sus socios de la
conquista, despojándolo de títulos y nombramientos. Engaña a los visitadores de
la Casa de Contratación de Sevilla y en este acto; ¡se le admira su gran
estrategia! Extermina a los nativos y como
esclavista que era, regala a los encomenderos miles de ellos como ganado, pero
no… es un hombre piadoso y humano protector de los indígenas, que más bien merece tenerse su imagen en las
iglesias al igual que Bartolomé de las Casas, por lo santo que era. ¡Qué se lo
crean los que no conocen bien su historia! Es por eso que en mi libro:
“ATAHUALPA. El vergonzoso sobrenombre del último inca del Perú” doy una imagen
más cruda de este carnicero.
Ahora
en el siglo XXI, gracias a los nuevos descubrimientos arqueológicos,
etnológicos e históricos, se van aclarando las páginas oscuras de nuestra
historia pasada. Ahora los incas, emergen con una nueva imagen más real y más
cierta, imagen de una cultura única en el mundo que desterró de su suelo el
hambre y la miseria, como ninguna cultura en el mundo pudo hacerlo. Lamentablemente
el hispanismo, está tan arraigado en la mente de las personas, que los
indigenistas, somos unos cuantos que solo se puede contar con los dedos de la
mano.
El
peruano no ama su cultura: ¿por qué? Porque desde nuestra enseñanza elemental
en los colegios, en las universidades y todo centro de enseñanza en el Perú, se
nos ha enseñado nuestra cultura desde el punto de vista hispanista, calificando
a los incas de brutos, ociosos, ignorantes y llenos de vicios y esta imagen, hace
que se tengamos vergüenza de ella y se le menosprecie desde muy dentro de nuestros
corazones. Por esa razón, el peruano no
lo defiende, no lo estudia y no le interesa siquiera investigarlo.
Con
esta aseveración no estoy propagando la “Utopía andina” (retorno al modo andino
del Tahuantinsuyo), la labor y la forma de gobierno de los incas ya pasaron, y
es imposible su retorno, pero la huella que dejaron no debe de ser ignorada en
la Historia Universal.
Por
satanizar al hispanista con mis apreciaciones, tal vez el amable lector pensará
que: ¡soy un comunista o un socialista recalcitrante! Eso no es cierto, a la
hora de la verdad, tanto el comunismo como la derecha siempre han manipulado la
visión de los incas como turbante de batalla para sus luchas reivindicativas, en
la realidad, todo queda en el papel y los incas hasta nuestros días no ocupan el
sitial que se merecen. Mi tendencia es liberal e independiente, pero tengo consciencia
que vivo en un país consumista, capitalista e injusto, pero eso no me da ningún
derecho a despotricar de ella.
Mi único objetivo, es la reivindicación de mi
cultura y su re valoración como una etnia singular en la historia nacional y
mundial. La historia no puede reparar la
violencia del pasado: ¡lo ocurrido ocurrió! y ya no se puede resarcir el daño
ocasionado a nuestros ancestros. Lo único que entristece, es ver lo peligroso e injusto que es, el olvido a las
personas que forjaron nuestras raíces y nos legaron un hermoso país como el nuestro.
Alejandro La Torre.